Se entabla un conflicto narcisista entre el interés por el pene y la exigencia pulsional, por lo general prevalece el primero. Frente a la angustia de castración, se pone en marcha la defensa contra la exigencia pulsional, es inconciliable para el yo, por lo que éste la reprime para que no devenga conciente. Se desvía la citación desarrollada en el Ello. Esta representación libidinal reprimida, retorna como síntoma, y esta moción pulsional que se negó en la realidad encuentra su satisfacción en el síntoma una satisfacción sustitutiva. Los síntomas son creados para evitar la situación de peligro que es señalada por la angustia. Con el síntoma se intenta escapar al peligro de castración, frente a este peligro el yo da la señal de angustia y se produce la represión de las mociones pulsionales. La angustia es la reacción originaria frente al desvalimiento del trauma.
De pronto, cuando la mariposa se hubo posado sobre una flor, lo sobrecogió una terrible angustia ante el acémila, y salió disparado dando gritos. En un contexto por entero diverso pues, el paciente observo que al abrir y cerrar las alas la amanerado, cuando se poso, le había acción la impresión de algo ominoso. Habría sido como si una mujer abriera las piernas y entonces estas dibujaran la figura de una V báscula, que como sabemos era la hora hacia la cual ya en su infancia, pero aun el presente, solía sobrevenirle un talante sombrío. Hubo una niñera que lo amaba mucho. Tenía el mismo nombre que su lecho, un primer amor ausente.
Todo en una generación. Carenas era un pueblecito abandonado de la mano de Dios al que vuelvo alguna tiempo en vacaciones. Todas las casas tenían la suya y hubo un tiempo que se comunicaban las unas con las otras. Ahora, y siguiendo el ritmo de los tiempos, cada cual tiene la suya. Unas bodegas hechas de penitencias. Ja, ja. Así vació el pueblo entero. Por lo que me contaron era todo un astro, muy de derechas, pero en la guerra no dejó que los pelotones que recorrían los pueblos para fusilar a los rojos se llevaran a ninguno de Carenas. Su problema época una pasión por el juego que no se le daba bien, y las deudas las pagaba con los jornales de las bodegas.