Esta vida es intolerable Pero ya te arreglaré yo, país de las monas. Te llamas Envidiópolis, la ciudad sin alturas; y como eres puro suelo, simpatizas con todo lo que cae Diez millones, veinticuatro millones, ciento sesenta y siete millones, doscientas treinta y tres mil cuatrocientas doce pesetas con setenta y cinco céntimos Permítame Su Señoría que me admire de la despreocupación con que Su Señoría y los amigos de Su Señoría confiesan haber infringido la Constitución No me importan los murmullos. Mandaré despejar las tribunas
Han abandonado al Señor, han despreciado al santo de Israel, le han vuelto la espalda. Estoy harto de holocaustos de carneros, de grasa de cebones; la sangre de toros, de corderos y chivos no me agrada. Dejad de hacer el mal, 17aprended a hacer el bien. Buscad la equidad, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda. No protegen el derecho del huérfano, ni atienden la causa de la viuda. Mi amigo tenía una viñedo en un fértil collado. Esperaba que diese uvas, pero dio agrazones.