La descripción de la for- mación del sujeto es, por consiguiente, una doble ficción en contradicción consigo misma, que reiteradamente sintomatiza lo que se resiste a la narración. Como cabe suponer, entonces, la sociología ha ido localizando, a la vez que ayudando a establecer, muchas de las demarcaciones que atraviesan la vida social, como aquéllas que tienen que ver con el género, la sexualidad, el ciclo vital, la clase social, etc. Y decimos localizando porque la sociología camina a tientas, no por ser una ciencia joven, como puede pensarse a partir de finales del siglo XIX desde buta- cones positivistas, sino porque los individuos mismos ya se encargan continuamen- te de trazar esas diferencias y esas líneas divisorias. Es precisamente en este sentido que nos interesa la aparición de una nueva categoría que cuenta cada vez con mayor presencia en la vida cotidiana, al menos en algunos colectivos, y que por el momento ha pasado bastante inadvertida para las ciencias sociales. Es la etno categoría de «follamistad»1.
Creo puede ser un buen punto de partida para estas reflexiones. La versión del inglés es de mi autoría. NdeT: Al traducir el texto me encontré con la dificultad de acertar un sustantivo castellano para el término naughty y naughtyness que abarcase las connotaciones sexuales del mismo. Distintos diccionarios lo hacen como travieso, pícaro, empecatado, rebelde. Tras darle vueltas al guión he optado por traducirlo como morboso, que a mi parecer puede abarcar esa connotación de rebeldía y sexualidad, tan presente en el texto. Por eso cuando uso el término morboso o morbosidad lo hago con bastardilla para dar a entender esas connotaciones aunque en el original no figure con estos caracteres. Y por lo tanto, al ver a tu enamorado como un espejo de ti mismo, al abrazarlo, abrazas el dios o la diosa en tu interior. En este sentido todo Eros se torna oscuro. Sentimos una agradable expansión de nuestra energía corporal, que nos conecta con nosotros mismos como seres de luz, de energía, de fuego.
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